Las letras dicen por si solas lo que un espíritu a veces siente...

sábado, 18 de febrero de 2012

Eh!!!!





- Eh, memoria…!!! Sí, a vos....

... no dejes que se disipen en el olvido aquellos momentos 
que marcaron la existencia..., sé que la lista es larga y 
enredada..., llena de fechas y acontecimientos...,
pero nunca inquietará tanto como el despropósito
de la represión de esa risa postergada...

… acumula los instantes como estrellas distantes bajo 
un cielo sin dobleces ni sombras…

… desenreda la trama de los conflictos tácitos y angustiantes…

… asoma de detrás del árbol de la vida y desvela las 
añoranzas que, como luciérnagas, iluminan los senderos 
reverdeciendo las ramas inconclusas del espanto, del tiempo…

… devuelve las ansias, el asombro, la lágrima… 
apaga este incendio…

… sorprende…, con la magia de las certezas inciertas, 
con el brillo de un tañer de campanas…

… diagrama cada espacio, destrona falsos monarcas…, 
devasta los palacetes acartonados de una cuantas vidas 
acartonadas…

… arrincona  el vértigo…, y hazlo tangible…

… y cuando finalmente todo esté en orden, 
impregna de lucidez cada uno de esos instantes
dándoles algún sentido…




Más de lo mismo… una mirada lejana…







El hombre vuelve una y otra vez a cometer los mismísimos errores 
del pasado que lo trajeron al sitio donde está anclado.

Dedica las mismas largas horas a eso de socializar con los 
demás para no mirar hacia dentro e, irremediablemente, 
encontrarse con su realidad.

Padece insomnios, jaquecas, mareos, ansiedades y agotamientos 
varios, pero no desiste en la búsqueda del sí mismo y del otro.

Destruye, desarma, desanda… juzga, se justifica tontamente, 
construye escudos invisibles, arremete contra todo lo que pueda 
esgrimiendo sus penosas armas… busca resultados…

La situación lo azota bruscamente una y otra vez, devolviéndolo 
a eso que el cree real, lo mejor, y más tangible  que su propia 
existencia.

Venerando y admirando  las inteligencias de su mundo cuasi 
ficticio, creado exprofeso para huir, sistemáticamente, cada tres 
horas reloj, de eso que él llama un invento…

Sonríe, escapa, canta, sueña… es feliz a su manera…, pero  
detrás de lo vano se su vida una mirada opaca, lejana e 
imperceptible, una vida, un corazón que ya no late,  
lo acompañan en la búsqueda…

El hombre irreflexivo es el único animal que,  por gusto, 
vuelve a cometer los mismísimos errores del pasado… 
y no se arrepiente de eso…