Cada nuevo día cuesta el doble del anterior y la mitad del siguiente…
La vida no da tregua, es una procacidad…
No significa que no me quiera…
No…
Esto es otra cosa…
Es darse cuenta…. Y esperar…
Esperar que las flores, con sus matices y fragancias, golpeen a la puerta…
Que albas y crepúsculos dejen de ser monocromos y se apropien de las tonalidades del arcoíris…
Que las palabras tengan otra inflexión en el corazón…, si lo hay…
Que el espejo me restituya otra imagen cuando me atreva a darle una ojeada…
Que las voces taciturnas tengan acústica...
Que acontezca…
Pero, ya sabemos…
“los milagros no existen…”